Los Ángeles se prepara para reforzar la seguridad en su zona central con el despliegue de aproximadamente 200 infantes de Marina activos, quienes estarán encargados de proteger instalaciones y personal federal, especialmente en el Edificio Federal Wilshire. Aunque no tendrán funciones policiales, estarán equipados con material antidisturbios y entrenados en técnicas de desescalamiento de conflictos. Esta medida comenzará a aplicarse desde este viernes.
Mientras tanto, las protestas contra las redadas migratorias de la administración Trump han llegado a su séptimo día consecutivo. Como respuesta a los disturbios, se mantiene un toque de queda en el centro de la ciudad, vigente de 8:00 p.m. a 6:00 a.m., cuyo incumplimiento conlleva consecuencias legales, según advirtió la alcaldesa Karen Bass.
Durante la tercera jornada bajo esta restricción, la Policía de Los Ángeles arrestó a 49 personas: 33 por negarse a dispersarse, 13 por violar el toque de queda, una por resistirse a la autoridad y otra por apuntar con un láser a un avión.
En otro frente, la Guardia Nacional de California continuará bajo control federal después de que una corte de apelaciones suspendiera una orden previa que devolvía el mando al gobernador Gavin Newsom. La audiencia definitiva sobre este asunto está programada para el próximo martes.
Las autoridades han indicado que el toque de queda podría permanecer en vigor durante varios días más, en función del desarrollo de las manifestaciones.