En un Operativo ordenado por el gobierno de Estados Unidos encabezado por el FBI incautó al menos 20 tractocamiones con pipas en patios de una empresa texana llamada Arroyo Terminals en el sur de Texas como parte de una acusación del gobierno de México de huachicol fiscal.
De acuerdo con una acusación presentada en la Corte de Distrito del sur de Texas, la mencionada empresa es acusada de participar en este delito, por el que entran a México millones de toneladas de combustible diesel y gasolina robado en México y que es refinado en aquel país, luego regresa por aduanas de México donde una red de funcionarios cómplices, les permiten el paso sin que paguen un solo peso de impuestos.
Los decomisos se llevaron a cabo en instalaciones de la empresa ubicadas en Río Hondo, Los Fresnos y Brownsville, Texas donde se aseguraron los camiones cargados con gasolina que se pretendía enviar a México.
Según el expediente judicial, la familia Jensen, dueña de Arroyo Terminals, es señalada por introducir combustible utilizando documentación falsa, simulando que se trataba de residuos industriales para evitar el pago de impuestos.
Los acusados, James Lael Jensen, Maxwell Sterling Jensen, Kelly Anne Jensen y Zachary Golden Jensen, enfrentan cargos por contrabando, lavado de dinero y fraude financiero, y podrían perder bienes valuados en más de 300 millones de dólares.
La investigación también abarca a compañías ubicadas en Tamaulipas, incluyendo rutas de ingreso de combustible presuntamente en puertos como Altamira y cruces por Reynosa y Matamoros, donde se han intensificado los operativos del Gobierno de México contra el robo y tráfico de combustible.