Con un profundo sentido de respeto y responsabilidad humana, el condado de Maverick en Texas sepultó esta semana a 14 personas migrantes cuyos cuerpos permanecieron durante meses en la morgue local sin ser reclamados. Entre los fallecidos se encontraba una niña hondureña de tan solo cinco años, identificada como Anthonella Nazareth.
La identificación de la menor fue posible gracias al trabajo de la doctora Kate Spradley y su equipo del programa Operation ID, de la Universidad Estatal de Texas. Este esfuerzo permitió no solo reconocer su identidad, sino también establecer comunicación con su madre en Honduras. “Su funeral fue especialmente emotivo”, compartió el juez del condado, Ramsey English Cantú, al relatar que la madre de Anthonella expresó su gratitud por saber que su hija descansaría finalmente en paz.
Aunque la ley obliga a los condados a ofrecer entierros a personas indigentes o no reclamadas, el juez Cantú enfatizó que esta labor va más allá de un mandato legal: representa un compromiso moral con la dignidad humana. “Debemos asegurarnos de que cada individuo reciba respeto, sin importar sus circunstancias o estatus migratorio”, señaló.
El acto funerario fue posible gracias a la colaboración entre el equipo forense, Operation ID y la organización Border Vigil. Las autoridades locales agradecieron profundamente su apoyo y sensibilidad en este proceso.
“Estoy orgulloso del trabajo de todos los involucrados. Proporcionar un cierre digno a estas personas es un acto de humanidad que nos honra como comunidad”, afirmó Cantú, concluyendo con un mensaje de esperanza: “Que las 14 almas encuentren la paz eterna”.