Estados Unidos anunció la imposición de un arancel adicional del 20.91 por ciento a los tomates frescos importados desde México, medida que entrará en vigor el próximo 14 de julio tras la salida del Acuerdo de Suspensión de 2019.
El Departamento de Comercio argumentó que dicho acuerdo ya no protege a los productores estadounidenses, particularmente los de Florida, quienes han presionado durante años por esta acción.
Especialistas del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) advierten que la medida distorsiona el comercio agrícola bilateral y responde más a intereses políticos que a razones económicas. México representa el 55 por ciento del consumo de tomate en Estados Unidos y destina el 98 por ciento de sus exportaciones de esta hortaliza al país vecino.
GCMA subraya que el tomate mexicano es clave para mantener precios accesibles y abasto constante gracias a su calidad y competitividad. La medida podría afectar a productores, exportadores, supermercados y consumidores en Estados Unidos.